martes, 25 de junio de 2013

Yo mero

CARLOS OROZCO

«En cualquier lugar que estuvieran, recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera»

       Mi nombre completo es Carlos Martin Orozco Valenzuela. Lo cual me atribuye un origen completamente hispano. Mexicano, específicamente. Me gusta comer, y bailar y bailar mientras como. Soy un bailarín en realidad, y uno muy bueno, he pasado una buena parte de mi vida en los escenarios y es imposible describir lo que un escenario te hace sentir cuando estas en él. Me gusta la música, la ópera, me gusta andar en moto y disparar rifles. 
            Sin embargo, a pesar de las maravillosas cosas que podría decir acerca de mí, me voy a enfocar en mi lado intelectual. He leído muchos libros, creo que ese hecho esta implícito en el título del blog. Empecé a los 12 años y nunca he parado. Uno de los mayores logros de mi vida es haber leído 100 años de soledad. Lo leí cuando tenía 15 y cambio mi vida para siempre. Por alguna razón, me tarde aproximadamente 5 meses en leerlo, pero después de terminarlo lo tenía completamente memorizado (más o menos). Mis conversaciones giraban en torno a los habitantes de Macondo y solía incorporar citas del libro en mis conversaciones juveniles; bueno, creo que todavía lo sigo haciendo aunque ya no este tan joven.
          El punto es, que los libros y yo hemos tenido muchas aventuras juntos. Y es imposible hablar de mí, sin hablar o tomar en cuenta todos los libros que he leído. Cada una de las fascinantes descripciones que podría dar de mí mismo tienen origen en algo que he leído. Por ejemplo, empecé a bailar después de leer un libro de ballet. 
          Así que si una persona quiere conocerme más a fondo, tiene que leer: Juan Rulfo, Michael Ende, Julio Verne, Dante, Tolkien, Lewis Carroll, y especialmente Oscar Wilde y el maestro Gabriel García Márquez. Yo sé que sería mucho más fácil y emocionante para el mundo venir y hablar con migo, pero ¿Por qué he de privarlos yo de tan maravillosas obras?